"Nada es más risueño y más fresco que el Pasajes visto desde el lado del mar, nada es más severo y más oscuro que el Pasajes visto desde el lado de la montaña. Estas casas tan coquetonas, tan alegres, tan blancas, tan luminosas sobre el mar, ya no ofrecen, vistas desde esta calle estrecha, tortuosa y enlosada como una vía romana, más que unos altos muros de un granito negruzco, con algunas pocas ventanas cuadradas, impregnadas de las emanaciones húmedas de la roca, lúgubre hilera de edificios extraños, sobre los que se perfilan, esculpidos en alto relieve, enormes blasones sostenidos por leones o hércules y tocados con morriones gigantescos. Por delante son chalets; por detrás son ciudadelas."
Victor HUGO.
Alpes et Pyrenées. (1843)